MONTE PERDIDO
“Encuentro de Meditación y Contacto”
11, 12 y 13 de septiembre de 2015
EL PASADO MES DE SEPTIEMBRE, LOS DÍAS 11, 12 Y 13 CONCRETAMENTE, NOS REUNÍAMOS DE NUEVO CON UN GRUPO DE PERSONAS EN MONTE PERDIDO, EN LO QUE IBA A SER UN NUEVO ENCUENTRO DE MEDITACIÓN Y CONTACTO, DONDE ESTUVIMOS TRABAJANDO CON LAS ENERGÍAS DEL ESTE MARAVILLOSO ENCLAVE. FUE UN LINDO FIN DE SEMANA, LLENO DE EMOCIONES Y BUENA COMPAÑÍA.
El principal objetivo de la reunión era conectar con nuestro mundo interior y aprovechar las energías de Monte Perdido para seguir trabajando por la paz de la humanidad, y todo ello se llevó a cabo.
Días antes del encuentro los guías nos habían comunicado que habría una experiencia de acercamiento en la noche del sábado. Otros componentes del grupo, al llegar a la reunión, nos comentaron esta misma circunstancia. Y así fue.
Durante una de las meditaciones del viernes a la tarde ya se recibió el siguiente mensaje:
“Bienvenidos sean de nuevo a este santuario de luz que es Monte Perdido.
Durante todo el fin de semana vamos a estar trabajando con ustedes aportándoles todo lo necesario para su crecimiento como seres humanos de luz.
Es un honor poder conectarnos con ustedes aquí y ahora. De nuevo el pacto por la paz se hace extensible a toda la humanidad. No olviden a qué vinieron, por qué llegaron a esta tierra, a su mundo, ese mundo de luz, paz y amor que aún están por descubrir.
Ustedes son la llave que abre y cierra el camino. En sus corazones se haya la prueba infinita del amor.
Sus hermanos de las estrellas también estarán entre ustedes a lo largo del fin de semana.
Aprovechen la energía para el destino por el que fue creada, ser vida.
Para todos ustedes, Azuel.”
El sábado a la noche nos dirigimos al lugar acordado para esa “cita”. Sentados en círculo como es habitual, comenzamos a mantralizar para sintonizarnos de nuevo con la energía del lugar y elevar la vibración del grupo.
Pronto los guías se pusieron en contacto. Caían algunas gotas de lluvia y sentí mantener la reunión. Confiaba que no llovería, teniendo que marchar, intuía que la cita estaba ahí, cerca de nosotros y que si teníamos paciencia se daría la aproximación.
La noche estaba cerrada. Un cielo cubierto en su totalidad de nubes, cuando Iris, una de las componentes del grupo, les pidió a los guías mentalmente poder ver las estrellas, que especialmente son muy bellas en aquel lugar; y así ocurrió. Un claro en el cielo se abrió y a través de él pudimos ver ese cielo lleno de estrellas. Quizás alguna estrella de más, apareció en aquel claro celeste.
Seguíamos mantralizando mientras pude observar como una luz de color rojo se desplazaba a varios metros del suelo entre los árboles del fondo. Fue muy poco tiempo, pero aquella luz no se podía corresponder ni con linternas ni autos circulando en la lejanía. Fue algo curioso.
La presencia de los guías de hacía cada vez más intensa entre nosotros y a nuestro alrededor. Algunos pudimos sentir como nos tocaban e incluso como quedábamos inmersos en una especie de cúpula de energía y cómo la temperatura aumentaba cuando las presencias eran muy cercanas.
La vibración del grupo había subido mucho cuando los guías de nuevo me indicaron que todos aquellos que así lo sintieran podían levantarse de sus asientos y salir a caminar por los alrededores. Rosa también había sentido como los guías le decían que cuatro personas debían levantarse y salir a caminar.
Así lo comuniqué al resto de compañeros y algunos de ellos levantaron y comenzaron su caminata. Por mi parte quedé con el grupo sentado, mantralizando sin parar, para no perder el estado de energía alcanzado hasta que me indicaron que debía levantarme y caminar junto a mis compañeros.
Para aquel momento no sabía hacia donde habían ido a andar mis compañeros, pero un fuerte impulso me decía que debía caminar hacia la montaña e ingresar en el bosque.
Así lo hice, me puse en pie y comencé mi caminata a solas.
Mientras me dirigía hacia mi objetivo, “alguien” se cruzó conmigo, como a dos metros de distancia pasamos uno del otro. Sin perder el paso me quedé observando aquella figura humana, pero en mis pensamientos creí que era uno de mis compañeros que minutos antes se había levantado a hacer su propia caminata y sin darle más importancia, seguí camino hacia la montaña y el bosque.
Unos metros más adelante sentí la presencia de un ser muy alto, a mi derecha según caminaba y frente al bosque detenido. Eran ellos, así que me dirigí hacia los árboles que limitaban en el bosque en busca del encuentro.
Este ser se fue acercando a mí. No podía verlo todavía, solo lo sentía, pero su presencia era muy intensa y esto me dejó descolocado. No estaba preparado para ese encuentro y le pedí mentalmente de no se acercara más. Sentí en mi interior una gran emoción de este ser hacia mí y como comprendió y respetó mi decisión.
Permanecí unos minutos allí, frente a este ser, hasta que decidí volver al grupo. Ya había tenido en aquella noche suficiente.
Llegando de nuevo al círculo donde los compañeros seguían mantralizando, comenzaba a llover cada vez con más insistencia, así que decidimos dar por terminada la experiencia. Al unísono fueron llegando el resto de caminantes desde diferentes direcciones. Sin poder comentar, nos fuimos a descansar.
A la mañana siguiente nos desplazamos de nuevo hasta el lugar donde habíamos estado el sábado a la noche. Fue allí, ya con la luz del día, donde reconocí el lugar donde habían ocurrido los hechos antes mencionados.
El lugar donde me crucé con aquella “figura humana” no distaba del grupo más de diez metros, así que si una persona bajo la lluvia hubiese estado andando entre nosotros debía haberse tropezado con el grupo de lleno. Nadie vio bajar por el camino a ninguna persona. Quizás el hecho de pensar que era uno de nosotros con quien me crucé por el camino no me permitió pensar en los guías en ese momento mientras me dirigía a la montaña y el bosque.
Recordando tras el encuentro me dí cuenta que ese “humano” iba sin paraguas. Ya llovía bastante y yo iba con mi paraguas. ¿Quién era? No lo sé a ciencia cierta, simplemente fue un encuentro extraño. No sé como apareció allí y tampoco vi por dónde se fue, pero ahora con el tiempo siento que el encuentro verdaderamente se produjo. Estuvieron allí como nos habían indicado y se dejaron ver en la distancia tal y como se nos comunicó.
Ya durante los trabajos de meditación del sábado los Guías de las Estrellas y los Maestros Intraterrenos volvieron de nuevo a ponerse en contacto.
“Querido hermano.
Tal y como sintieron estuvimos entre ustedes. Cada cual recibió o sintió lo que era preciso. Algunos de ustedes notaron nuestras presencias en el grupo. Nuestro apoyo al trabajo del fin de semana fue preciso. Todo se dio e incluso nos reunimos de nuevo en Monte Perdido.
No hubo un mayor acercamiento porque no estaban lo suficientemente preparados, pero el encuentro sucederá. Confíen en ustedes mismos, ese es su mejor bastón de apoyo. Siempre estaremos con ustedes.
Con AMOR, Antarel.”
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“Llegados han sido todos ustedes a este lugar, de nuevo reunidos con una sola intención, la del corazón que late y ama.
El compromiso sigue vigente, cada día más cerca del destino se encuentra la humanidad.
Recuerden que todo ya fue creado, que solo deben seguir caminando en su luz para que al fin del camino podamos pronto reunirnos.
Su servidor, Azuel.”
Hasta aquí lo que se dio en este Encuentro de Meditación y Contacto en Monte Perdido. No me queda más que dar las gracias a todos los que participaron de este encuentro, así como a los Hermanos de las Estrellas y a los Maestros Intraterrenos por su constante apoyo a nuestro trabajo y a la humanidad.
Un abrazo de corazón.
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